Cirugía de la vesícula biliar

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¿Qué es y para que se utiliza?

La vesícula biliar es un órgano situado debajo del hígado que almacena la bilis, necesaria para la digestión.

La vesícula biliar se conecta a través del conducto cístico con otro conducto llamado colédoco que viene del hígado, donde se ha formado la bilis y desemboca en el duodeno (intestino delgado).

La vesícula biliar se contrae para facilitar la eliminación necesaria de bilis para ayudar en la digestión. A mayor aporte de alimentos grasos, más necesidad y cantidad de bilis precisará nuestro organismo para hacer la digestión.

¿Qué síntomas puede dar la vesícula biliar?

La colelitiasis es la presencia de piedras en la vesícula biliar. Muchos pacientes no presentan síntomas y se diagnostican de colelitiasis en los reconocimientos médicos periódicos.

Otros pacientes pueden presentar síntomas muy variados como digestiones pesadas, dolor abdominal intenso (cólicos biliares), náuseas, vómitos e incluso fiebre en caso de presentar un cuadro infeccioso-inflamatorio (colecistitis).

¿Cuando hay que operar la vesícula biliar?

En caso de presencia de colelitiasis junto a al menos un episodio de síntomas derivados de la presencia de piedras está indicada la colecistectomía.

Estudio y preparación

Las pruebas diagnósticas utilizadas para detectar problemas en la vesícula biliar y en los conductos biliares es la ecografía. A veces es necesario realizar una resonancia magnética cuando hay sospecha de litiasis en los conductos de la bilis.

Tipos de cirugía

En la mayoría de los casos se realiza una colecistectomía laparoscópica.

La cirugía laparoscópica permite realizar la misma intervención con pequeñas incisiones en el abdomen derivando en un menor número de complicaciones postoperatorias, menos dolor y una rápida incorporación a la vida cotidiana.

En el año 2007, el Dr. Antonio de Lacy, Director del IQL realizó la primera extracción de una vesícula biliar por la boca en España.

Postoperatorio

Generalmente el paciente puede recibir el alta a las 24-48 horas de la intervención, si no aparece ninguna complicación, y se puede reincorporar a su vida habitual en 1 -2 semanas.

Una vez en casa

Una vez en casa el paciente debe mantener una dieta libre de grasas sobretodo durante el primer mes postoperatorio, así como evitar esfuerzos durante este período.

Es necesario que el paciente reanude su vida habitual lo antes posible, siendo recomendable la movilización precoz.