¿Qué es el tiroides?
El tiroides es una glándula endocrina está situada en el cuello, justo por debajo de la nuez. Tiene forma de mariposa y regula el metabolismo del cuerpo. Su función primordial es la de secretar hormonas, unas hormonas necesarias para regular la temperatura corporal, el consumo energético de nuestro organismo, el metabolismo basal, el crecimiento y que pueden tener relación también, con alteraciones del carácter, del sueño e incluso del apetito.
Produce Tiroxina (T4) y triyodotironina (T3) utilizando el yodo como componente. También sintetiza calcitonina que es indispensable en la regulación del calcio, o sea en el metabolismo de los huesos, y es de especial importancia en las mujeres menopaúsicas.
La importancia de esta glándula viene a menudo por su fragilidad, tiene mucha facilidad para enfermar produciéndose un déficit o en exceso hormonal, condicionando esto en gran medida, la calidad de vida de los pacientes.
Enfermedades del Tiroides
Los trastornos de la glándula tiroides ocurren en el 3-5% de la población general y constituyen en frecuencia la 2º patología endocrina después de la diabetes mellitus.
La enfermedad tiroidea puede dar múltiples síntomas, todos ellos bastante inespecíficos hasta que la enfermedad está evolucionada, por eso es necesario llevar un buen control médico. Es importante tanto el control clínico como analítico. El síntoma más relevante para el paciente es la presencia de un bulto en la región anterior del cuello (bocio). Al regular el metabolismo de todo en cuerpo los síntomas pueden ser muy variados dependiendo de si tenemos un exceso o un déficit de Hormonas tiroideas. No todas las patologías son tributarias de cirugía.
Hay un tipo de patología que no produce alteración hormonal detectable y por tanto puede ser difícil de diagnosticar:
- Nódulo único quístico o sólido, una parte del tiroides crece y el resto es normal.
- Bocio multinodular, toda la glándula crece en forma de múltiples nódulos produciendo o no un aumento del diámetro del cuello.
Una manera sencilla de diagnosticarlos es la palpación de cuello.
Otro tipo de patología es la que produce alteración hormonal (defecto o exceso), como nódulos únicos tóxicos, bocio multinodular hipertiroideo, enfermedad de Graves-Basedow, tiroiditis entre otras.
Aunque la mayoría de estas disfunciones tienen tratamiento médico, en algunas ocasiones es necesario operar para extirpar el tiroides. Este es el caso de algunos nódulos tiroideos, los bocios multinodulares de gran tamaño, el hipertiroidismo (funcionamiento excesivo de la glándula) y el cáncer de tiroides.
Bocio multinodular
¿Qué es el bocio multinodular?
El Bocio es un crecimiento de la glándula tiroides(ubicada en la línea media de la garganta) secundario al desarrollo anormal de nódulos o “bultitos” en ésta. Es excepcional en niños y más frecuente en personas de la tercera edad y mujeres. Se hace visible externamente, en forma de tumoración en la parte anterior del cuello. A veces este crecimiento es invisible porque se produce hacia el interior del tórax.
El origen de esta patología es incierto pero se puede asociar a déficits de yodo o diferentes problemas de metabolización del mismo a nivel glandular.
Diagnóstico del bocio multinodular
Su hallazgo puede ser casual en la mayoría de los casos durante una exploración rutinaria por otra razón y suelen ser asintomáticos. Se puede realizar una palpación de zonas nodulares en la garganta que pueden llegar incluso a percibirse a simple vista.
El bocio multinodular requiere un diagnóstico radiológico/ecográfico además de un estudio hormonal y biopsias de los nódulos más representativos. Su diagnóstico implica en primer lugar descartar otras patología de esta misma glándula, en especial, la de origen canceroso.
Esta patología suele existir con una glándula tiroidea “normofuncionante” o que con discreto hipotiroidismo subclínico.
Síntomas del bocio multinodular
Habitualmente no da síntomas hasta que es grande, ya que los niveles de hormona tiroidea suelen ser normales. Cuando el bocio es grande puede dar dificultad respiratoria (por desviación de la tráquea), sobre todo al estirarse en la cama; compresión esofágica con molestias y dificultad al tragar alimentos sólidos o atragantamiento al ingerir líquidos; atrapamiento nervioso con tos irritativa, cambios en la voz o afonía.
Debemos ser conscientes que los nódulos de >3cm deberían extirparse, por los problemas compresivos y por el riesgo de degeneración en cáncer.
En el caso del bocio multinodular tóxico se pueden dar síntomas de hipertiroidismo como pueden ser pérdida de peso, sudoración, ansiedad o taquicardias.
Tratamiento del bocio multinodular
Debe ser personalizado. Su tratamiento dependerá en esencia de 2 pilares, médico o quirúrgico. En el caso de que de problemas funcionales (hipertiroidismo) , mecánicos (tragar , respirar…), estéticos por su tamaño, crecimiento rápido y/o constante en el tiempo o lo haga hacia el tórax o , por supuesto, si existe sospecha de proceso canceroso, su tratamiento será quirúrgico.
Quiste Tiroideo
Un Quiste tiroideo es un acúmulo anormal de líquido coloide, que forma una bolsa dentro del tiroides. La mayoría de estos quistes son benignos, aunque una pequeña proporción crecen y pueden ocasionar importantes molestias. Por este motivo deben ser estudiados.
Habitualmente para tratar un Quiste tiroideo es suficiente una aspiración del su contenido. En algunos casos es necesario la extirpación parcial del tiroides.
Nódulo Tiroideo
Un nódulo tiroideo es un crecimiento anormal de las células del tiroides, que forman un tumor dentro del tiroides. La gran mayoría de estos nódulos tiroideos son benignos, desgraciadamente una pequeña proporción son malignos y por este motivo en necesario estudiarlos todos.
Habitualmente para tratar un nódulo tiroideo es suficiente una extirpación parcial del tiroides
Cáncer de Tiroides
El cáncer de tiroides se puede aparecer en un nódulo único o puede estar dentro de un bocio multinodular de años de evolución. Hay diversos tipos de tumores malignos en el tiroides, pero el más frecuente es el cáncer diferenciado de tiroides, este es uno de los pocos cánceres en que la intervención quirúrgica es paso indispensable, necesario y normalmente suficiente para curarlo, esto sucede en más de un 80% de los casos.
El carcinoma diferenciado tiroides, detectado a tiempo y extirpado en su totalidad, se cura. Por lo tanto, es tremendamente importante que la intervención quirúrgica sea realizada por un cirujano experto para poder garantizar el mejor pronóstico de esta enfermedad.
El cáncer de tiroides es un grupo de cuatro tipos distintos de cáncer, el más habitual es el Carcinoma Papilar de Tiroides. Entre un 5 y un 15% de los nódulos del tiroides son potencialmente malignos. Éste Cáncer es de los que presenta una supervivencia más larga.
También podemos encontrar metástasis de otros cánceres en forma de nódulo tiroideo.
Causas del cáncer de tiroides
El cáncer de tiroides se origina cuando hay alguna mutación celular que produce un crecimiento celular no controlado. Existen diferentes tipos de cáncer de tiroides dependiente de el subtipo celular en el que se originan (cáncer papilar, cáncer folicular, cáncer medular, cáncer anaplásico).
Hay factores conocidos que aumentan la incidencia de cáncer de tiroides como el sexo femenino, edad avanzada, exposición a radiación (principalmente durante la infancia), procesos inflamatorios del tiroides (tiroiditis de Hashimoto).
Hay factores secundarios a la alteración (en el ADN) de oncogenes o genes supresores de tumores (genes responsables de controlar el crecimiento y la muerte celular). Dentro de genes alterados conocidos están el BRAF mutado, gen RET (forma alterada RET/PTC), TP53,
Existen síndromes hereditarios (transmitidos de padres a hijos) poco frecuentes como el síndrome de Gardner, enfermedad de Coweden, Síndrome Peutz-Jeghres, ataxia-telangiectasia, síndrome MEN 2 (neoplasia endocrina múltiple tipo 2).
Tipos del cáncer de tiroides
Representa el 80-85% del total de los que asientan en el tiroides. Crece muy lentamente. Es más frecuente en niños y mujeres en edad menstrual. Está relacionado con la exposición a radiación de cabeza y cuello. Su extensión es fundamentalmente local linfática en los gánglios del cuello.
Representa el 5% del total de los que asientan en el tiroides. Crece muy lentamente. Es más frecuente en mujeres menopáusicas y en poblaciones alejadas del mar y con dietas pobres en yodo. Su extensión es fundamentalmente sanguinea, principalmente al esqueleto y a los pulmones.
Representa el 5-8% del total de los que asientan en el tiroides. Un 25% tiene transmisión hereditaria. Su extensión es fundamentalmente sanguinea.
Muy infrecuente, < 1% de los casos. Crece rápidamente y tiene un comportamiento muy agresivo. Más frecuente en gente mayor. Sus causas son desconocidas.
Tratamiento quirúrgico de las patologías de la tiroides
La intervención quirúrgica es paso indispensable, necesario y normalmente suficiente para curarlo, esto sucede en más de un 80% de los casos. Las indicaciones quirúrgicas de la glándula tiroidea incluyen fundamentalmente los nódulos tiroideos benignos (no cancerosos) y malignos (cancerosos), las glándulas grandes (bocios) y las glándulas hiperfuncionantes que no se controlan con tratamiento médico.
Los tipos de cirugía son (1) la biopsia o tumorectomía (extracción de “bulto”); (2) la lobectomía (extracción de la mitad del tiroides); (3) tiroidectomía subtotal (se deja una pequeña cantidad de tejido tiroideo); (4) tiroidectomía total. Cada cirugía tiene su indicación específica.
El tiroides se debe operar cuando da síntomas por su secreción hormonal, por su tamaño o por el riesgo de degeneración maligna
Nodulo tiroideo: Si no podemos asegurar al 100% la benignidad y tiene componente sólido, lo más razonable es extirpar la parte del tiroides donde asiente ese nódulo para poder estudiar sus características.
La intervención se hace con anestesia general a través de una incisión (corte) horizontal de unos 5 cm en la parte anterior baja del cuello. lo habitual es que dure menos de dos horas.
En ocasiones, aunque raras, es posible salir del quirófano con un drenaje en el cuello.
La intervención para extirpar la glándula tiroides sí deja cicatrices visibles pero son mínimas. Nosotros realizamos la intervención mediante la técnica de mínima incisión necesaria (MINT, minimal incission necessary for thyroidectomy), para realizar este abordaje nos ayudamos de gafas de microcirugía y de soporte endoscópico de última generación.
Un tiroides normal mide entre 5 y 8 cm, cuando en este tiroides asienta un tumor, un quiste o tenemos un bocio multinodular, puede llegar incluso a medir más de 10 cm. Clásicamente se puede extirpar el tiroides con relativa tranquilidad con una incisión de 8 – 10 cm, debemos recordar que el tiroides se debe extirpar completo, sin fragmentar y con la cápsula íntegra (en algunos casos el diagnóstico de cáncer nos lo da la cápsula del tiroides).
Con la técnica que hemos desarrollado podemos extraer por completo el tiroides con total seguridad, mediante una incisión cutánea de 3 a 5 cm en la mayoría de los casos. Por lo tanto, no es que sea una tiroidectomía invisible, pero sí que es cierto que es una incisión pequeña, que en un pliegue cutáneo del cuello es casi imperceptible.
Probablemente se irá a casa el día después de la cirugía. En raras ocasiones, los pacientes pueden pasar hasta tres días en el hospital
¿Qué riesgos tiene mi cirugía?
Cualquier operación tiene sus riesgos, y aunque la mayoria de los pacientes se recuperen por completo en pocas semanas, hay que tenerlo en cuenta.
Infección, calambres y hormigueos transitorios y simétricos (manos y boca)
Hematomas en el cuello, alteraciones permanentes de la voz o del metabolismo del calcio. Si se produce una lesión en las cuatro glándulas pequeñas ubicadas detrás de la tiroides (glándulas paratiroides) puede producir hipoparatiroidismo, que se traduce en los siguientes síntomas niveles anormalmente bajos de calcio y cantidad de fósforo en la sangre superior a la normal.
¿Cómo será mi postoperatorio?
Después de una tiroidectomia puede notar ciertas molestias transitorias en la garganta relacionadas con el tubo de plástico insertado en la tráquea para administrar la anestesia: picor, dolor al tragar, voz ronca o incluso afonía. A causa de la posición de la cabeza en el quirófano, puede sentir molestias parecidas a una tortícolis.
Estos síntomas son de corta duración, aproximadamente unas 3 semanas y prácticamente nunca necesitan tratamiento.
¿Qué pasa si se extrae la tiroides por completo?
Si se extirpa totalmente la glándula tiroides, el cuerpo no puede producir tiroxina, la hormona tiroidea y eso conlleva síntomas de hipotiroidismo. El médico especialista prescribirá una píldora diaria, con hormona tiroidea sintética que desempeña las mismas funciones que la hormona natural. La cantidad de hormona se determinará en función de un análisis de sangre cuyos resultados evaluará el especialista. Debe realizar un seguimiento de este tratamiento.
Los pacientes que tras una tiroidectomía total toman este tratamiento pronto llevan una vida normal sin un deterioro de la calidad de vida. Si un pacientes no toma el tratamiento es, como se decía al principio de este apartado, cuando se dan algunos efectos secundarios asociados al hipotiroidismo que pueden ser dermatológicos (sequedad y aspereza en la piel y pérdida de pelo), digestivos (estreñimiento, aumentos o pérdidas de peso), dolor en las articulaciones y psiquiátricos (depresión, problemas de memoria y reducción del apetito sexual).