Las distintas formas de operar la tiroides se conocen con el nombre de técnicas de tiroidectomía. Se aplican dependiendo de la localización de la enfermedad tiroidea, esto son los diferentes tipos:
- HEMITIROIDECTOMÍA. Consiste en extirpar uno de los dos lóbulos de la glándula tiroides, pudiendo asociar la extirpación del istmo (istmectomía). Indicado en casos de nódulos tiroideos benignos y en algún caso de cáncer de tiroides localizado.
- TIROIDECTOMÍA SUBTOTAL. Consiste en realizar una extirpación de gran parte del tiroides preservando parte de éste, y por lo tanto preservando la función hormonal evitando causar hipotiroidismo postquirúrgico. Indicado en pacientes con hipertiroidismo por enfermedad de Graves-Basedow, bocio multinodular y en algún caso de nódulos tiroideos, especialmente benignos.
- TIROIDECTOMÍA TOTAL. Extirpación completa de la glándula tiroides. Indicado en pacientes con cáncer tiroideo, y en nódulos benignos de afectación bilateral.
- VACIAMIENTO GANGLIONAR. En algunos determinados casos, en concreto en cáncer tiroideo, se completa una extirpación de los ganglios del territorio tiroideo, para realizar un tratamiento oncológico completo.
Cómo se realiza la cirugía tiroidea
La cirugía tiroidea habitualmente se realiza mediante una incisión de 4 cm en la región cervical anterior baja, aunque en determinados casos se pueden requerir incisiones mayores, siempre seleccionando en cada caso la mejor localización (habitualmente aprovechando pliegues cutáneos del paciente previos a la intervención).
En los últimos años, se están desarrollando nuevos abordajes mínimamente invasivos y libres de cicatrices para casos muy seleccionados de enfermedad tiroidea. Estas vías son la endoscópica transaxilar no robotizada (extirpación de la glándula por vía endoscópica a través de la axila) y la endoscópica transoral (realizando las incisiones por debajo del labio inferior).