El páncreas es un órgano longitudinal, localizado en la mitad del abdomen, por debajo del estómago y por detrás del colon transverso, que se encarga de producir enzimas digestivas y hormonas, como la insulina. De esta forma su función es principalmente exocrina, con células capaces de producir enzimas que facilitan la digestión.
Otra pequeña proporción de células actúan de forma endocrina, produciendo hormonas como la insulina para un correcto control del azúcar en sangre. Existen muchas enfermedades relacionadas con el páncreas, algunas de ellas benignas, aunque requieran un tratamiento quirúrgico y otra malignas, con peor pronóstico y supervivencia a largo plazo.
Cáncer de Páncreas
Cuando las diferentes células del páncreas crecen y se dividen en exceso, sin autocontrol, se produce la aparición de tumores. Este hecho se relaciona con el tabaco, ingesta de alcohol excesiva, obesidad, dieta rica en grasas, pancreatitis crónica, diabetes o una historia familiar previa relacionada con el cáncer de páncreas.
Se trata de un cáncer relativamente poco frecuente aunque por su malignidad supone la cuarta causa de muerte por cáncer, de ahí la importancia de oponerse en manos de un equipo con amplia experiencia en cirugía oncológica y oncología médica.
¿Qué síntomas puedo tener?
Al inicio de la enfermedad usted puede no presentar ninguna sintomatología o ser estos muy vagos. Generalmente los síntomas aparecen cuando ha crecido la masa tumoral o se ha diseminado. Además la aparición de los síntomas dependerá de la localización del tumor en la cabeza, cuerpo o cola del páncreas. En términos generales, puede aparecer cansancio, fatiga, pérdida de apetito y pérdida de peso, dolor abdominal y náuseas. Otros síntomas más específicos son la aparición de fatiga muscular, picores, coloración amarillenta de la piel – ictericia-, orina oscura y heces flotantes con exceso de grasa.
¿Cómo se diagnostica el cáncer de páncreas?
Tras una sospecha clínica inicial, nuestro equipo de cirujanos orientaran las pruebas complementarias necesarias para llegar a un diagnóstico preciso y ofrecer el mejor tratamiento. Se realizarán todas la pruebas necesarias para ayudarnos a definir el tipo de tumor, su localización, el tamaño y la relación con otros órganos vecinos para poder establecer el tratamiento óptimo para usted
En primer lugar se solicitará una analítica sanguínea junto con marcadores tumorales específicos como el CEA, Ca 19.9 o Ca 15.3. Además valoraremos la anemia y el estado nutricional, imprescindible para una correcta preparación para una cirugía.
Existen una serie de pruebas esenciales para localizar el tumor, definir su diseminación local y la relación con otros órganos (cuando la lesión crece es capaz de infiltrar los vasos, el bazo, el estómago, etc), así como la diseminación a otros órganos, como el hígado. Para ello realizaremos TAC, Resonancia magnética y/o PET. En ocasiones se precisa de una ecoendóscopia, que nos permite una evaluación precisa de la localización de la lesión e incluso permite biopsiarla para alcanzar un diagnostico preciso. A veces también es necesaria la colangiografia retrograda endoscópica -CPRE- para completar el estudio o para colocar una prótesis biliar, como terapia puente a la cirugía o como tratamiento paliativo cuando la enfermedad está avanzada.
De estas pruebas dependerá el estadío del tumor y la decisión del tratamiento adecuado.
¿Tiene tratamiento el cáncer de páncreas?
El tratamiento del cáncer de páncreas va a depender del estadio en el que se encuentra la enfermedad y de la localización de la misma. En principal tratamiento curativo es la cirugía aunque, en ocasiones, es necesario asociar a la cirugía otros tratamiento como la quimioterapia o la radioterapia, capaces de eliminar o reducir el tamaño tumoral.
Los tratamientos quirúrgicos que usted puede necesitar, según la localización y tipo de lesión, son:
Cuando se trata de una lesión única y dependiendo de la malignidad de la misma, se puede resecar únicamente el tumor preservando el resto del páncreas. Especialmente indicado en los tumores neuroendocrinos
Cuando la lesión se localiza en la cola del páncreas, la región más distal, es posible resecar la mitad del páncreas, preservando la parte proximal. Esto permite resecar la lesión y evita complicaciones en el manejo del azúcar a largo plazo.
La cirugía mínimamente invasiva también a avanzado de forma muy importante en este procedimiento. Los dos procedimientos anteriores se realizan en nuestro centro por vía laparoscópica, a través de mínimas incisiones, lo que disminuye la hemorragia y mejora los resultados postoperatorios, con mejor control del dolor y menor estancia hospitalaria.
En la última década se ha incorporado también la cirugía robótica para el tratamiento de las lesiones unical o distales del páncreas. Tanto con el abordaje laparoscópico como con la cirugía robótica –Da Vinci Surgical System– mejoramos los resultados en nuestros pacientes y facilitamos la reincorporación del paciente a su vida social y laboral
Este procedimiento está indicado cuando el tumor aparece en la cabeza del páncreas. Es un procedimiento más complejo, y para poder resecar la lesión por completo con seguridad, hemos de resecar, además de la cabeza del páncreas, la parte distal del estómago, el duodeno, la parte distal de la vía biliar, así como todos los ganglios entorno al pancreas, y reconstruir el transito intestinal y la salida de la bilis y el jugo pancreático con un asa de intestino delgado. En este procedimiento preservamos la parte distal del páncreas, lo que produce menores alteraciones en la insulina y, por tanto, mejor control del azúcar.
Esta cirugía será necesaria dependiendo del tamaño del tumor o si este es múltiple afectando diferentes regiones del páncreas. En ella, se reseca toda la glándula pancreática, los ganglios regionales, además de la parte distal del estómago y la vía biliar y el duodeno. Al igual que en la anterior, un asa de intestino delgado nos servirá de vía para reconstruir el tránsito digestivo y la salida de la bilis. Debido a que el páncreas es resecado por completo, es preciso un seguimiento estrecho por nuestro equipo de endocrinología para un correcto tratamiento con insulina y enzimas pancreáticas.
Dada la complejidad de los dos últimos procedimientos descritos, se suelen realizar por vía abierta, realizando una incisión única en el abdomen. Tras la cirugía, usted tendrá que permanecer en la unidad de cuidados intensivos hasta que la evolución clínica favorable nos permite trasladarlo a la sala de cirugía.
En caso de que el tamaño y tipo de lesión no permitan la cirugía, contamos con un equipo de oncología altamente especializado que podrá ofrecerle la mejor alternativa de tratamiento para el control de la enfermedad a largo plazo.
Quistes pancreáticos
Los quistes pancreáticos son pequeños nódulos en el páncreas que se rellenan de líquido. Su aparición se puede deber a una inflamación crónica, pancreatitis crónica, o no tener una causa conocida clara. La mayoría de ellos son descubiertos de forma accidental cuando realizamos alguna prueba por otro motivo.
La mayoría de los estos quistes son lesiones benignas, aunque en ocasiones le pueden producir síntomas como dolor abdominal. Sólo un pequeño porcentaje son malignos o tienen capacidad para hacerse malignos en el futuro. Por este motivo es importante ponerse en manos de un equipo especializado capaz de llegar a un diagnostico preciso para poder ofrecerle el mejor tratamiento posible
Existen multitud de tipos de quistes en el páncreas. Algunos de ellos son:
Son más frecuentes como consecuencia de una pancreatitis aguda. En muchas ocasiones no precisan tratamiento y solo cuando son sintomáticos o crecen se han de drenar hacia la cavidad gástrica, procedimiento que realizamos en nuestro centro por vía laparoscópica.
Son lesiones benignas, que se rellenan con liquido claro. En alguna ocasionen pueden crecer y provocar dolor o color amarillento de la piel. Sólo en este caso, o si no podemos descartar la malignidad
Se produce en el conducto pancreático, encargado de llevar el jugo pancreático del páncreas hacia el intestino. Son lesiones que pueden ser precancerosas y por tanto hemos de estudiar con precaución. Aquellos que se producen en el conducto principal presentan mayor riesgo de ser malignos.
Son lesiones que frecuentemente aparecen en el cuerpo y cola de páncreas y tienen un alto potencial de malignidad. Han de ser diagnosticadas de forma correcta y resecadas.
¿Cómo se diagnostican?
La principal finalidad de las pruebas diagnósticas han de ir dirigidas a distinguir entre las enfermedades del páncreas benignas y las malignas. Es importante que un médico experto realice un cuestionario dirigido en cuanto a antecedentes familiares y personales para intentar detectar los factores de riesgo relacionados con estas enfermedades.
Un simple análisis de sangre también nos ayudara a distinguir entre la enfermedad maligna y benigna. Permite estudiar la anemia, la función del hígado y marcadores tumorales como el CA 19.9 o el CEA. Estos marcadores también se pueden analizar en el propio quiste puncionándolo por ecografía o por ecoendoscopia (ecografía realizada a través de una gastroscopia digestiva)
El resto de pruebas de imagen van dirigidas a conocer la localización del tumor, su tamaño, la relación de este con otros órganos como estómago, hígado, etc o con las arteria y venas y para descartar la presencia de células malignas a distancia (metástasis). Todo ello es indispensable para elegir un correcto tratamiento. Estas pruebas son la tomografía computerizada o TAC, la resonancia magnética, la ecoendoscopia y el PET o tomografía por emisión de positrones.
Para alcanzar un diagnostico preciso se requiere de una biopsia. Así tomamos una muestra de tejido tumoral para que el patólogo pueda ampliar la información sobre la enfermedad, incluso para orientar el tratamiento quimioterápico si es necesario. Para tomar la biopsia lo podemos hacer gracias a la ecografía, al TAC o a la ecoendoscopia (procedimiento más utilizado en la actualidad). Si la biopsia no fuera posible, y quedan dudas por las pruebas de imagen,trataremos el tumor como si fuera maligno hasta su diagnostico definitivo.
¿Lo quistes pancreáticos requieren tratamiento?
La mayoría son quistes benignos y no requieren tratamiento, aunque en ocasiones si seguimiento para controlar su crecimiento o posibles síntomas.
Desde IQL proponemos resección de los quistes cuando son mayores a 3 cm, presentan un componente sólido que pueda hacer dudar de su benignidad, si obstruyen la salida del jugo pancreático o si provocan síntomas como dolor
Siempre que no podamos descartar la evolución maligna del quiste, se realiza cirugía respectiva como si de un cáncer se tratara. La cirugía dependerá del tamaño de la lesión y su localización, pudiendo realizarse enucleaciones o pancreatectomías distales, las cuales se realizan de manera mínimamente invasiva por laparoscopia, o cirugías complejas como pancreatectomías totales o duodenopancreatectomias cefálicas. Para más información sobre la cirugía le remitimos al capítulo de cáncer de páncreas.
Los cirujanos del equipo del IQL en Barcelona son especialistas en las intervenciones quirúrgicas del cáncer de páncreas, los quistes y otras patologías de este órgano.