¿Qué es una fístula anal?
El ano es el orificio externo a través del cual las heces son expulsados del cuerpo. Justo dentro del ano hay una serie de glándulas pequeñas. Si una de estas glándulas se bloquea, se puede provocar una infección creando una cavidad que dará lugar a un absceso. Un absceso anal generalmente se trata mediante drenaje quirúrgico, aunque algunos drenan de forma espontánea. Alrededor del 50% de estos abscesos puede convertirse en una fístula, en la que un pequeño túnel conecta la glándula infectada dentro del ano a una abertura en la piel alrededor del ano.
¿Qué causa una fístula anal?
La mayoría de las fístulas son el resultado de un absceso anal. Un pequeño número de fístulas con menor frecuencia pueden ser causada por otros procesos, como la enfermedad de Crohn, enfermedades de transmisión sexual, un traumatismo, la tuberculosis, el cáncer, o diverticulitis.
¿Cuáles son los síntomas de una fístula anal?
Los siguientes pueden ser síntomas o signos de una fístula anal:
- Abscesos anales recurrentes
- Dolor e hinchazón alrededor del ano
- Dolor con las deposiciones
- Sangrado anal
- Secreción con sangre o maloliente (pus) en algún orificio alrededor del ano. El dolor puede disminuir después de los drenajes de las fístulas.
- Irritación de la piel alrededor del ano debido al drenaje persistente
- Fiebre, escalofríos y una sensación general de cansancio. (Sin embargo, estos pueden ser síntomas de muchas enfermedades).
Usted debe consultar a su médico si nota cualquiera de estos síntomas.
¿Cómo se diagnostica una fístula anal?
Usualmente, el médico puede diagnosticar una fístula anal mediante el examen de la zona de alrededor del ano. Buscará un orificio externo de la piel. Si esto es visible, su médico luego tratará de determinar la profundidad y la dirección del trayecto de la fístula. A menudo, el drenaje puede ser realizado desde el orificio externo.
Algunas fístulas pueden no ser visibles en la superficie de la piel. En este caso, su médico puede necesitar realizar pruebas adicionales, comenzando con una anuscopia, en el que se utiliza un instrumento especial para ver el interior de su ano y el recto. Su médico también puede solicitar una ecografía o resonancia magnética de la zona anal para definir mejor la zona de la fístula.
Si no se encuentra una fístula, su médico también puede querer hacer más pruebas para ver si la está relacionada con la enfermedad de Crohn, una enfermedad inflamatoria del intestino. Alrededor del 25% de las personas con enfermedad de Crohn desarrollan fístulas. Los estudios que se realizan son análisis de sangre, rayos X, y la colonoscopia.
¿Cuáles son los tratamientos para una fístula anal?
La cirugía, generalmente es necesaria para solucionar una fístula anal. Durante la cirugía, el médico evaluará la profundidad y extensión de la zona de la fístula. La mayoría de las fístulas se tratan con una fistulotomía, en la que la piel y el músculo sobre el túnel de la fistula se cortan dejando el trayecto abierto. Esto permitirá que la fístula sane desde adentro hacia afuera. Una fístula más compleja puede requerir la colocación de un drenaje especial llamado Seton, durante al menos seis semanas, después de lo cual se realiza una reparación quirúrgica definitiva. En estos casos, una opción quirúrgica puede ser usar la técnica TaTME para la intervención de una fístula compleja.
¿Y el postoperatorio?
Después de la cirugía de la fístula, se recomienda realizar baños de asiento con agua tibia y tomar ablandadores de heces o laxantes durante una semana. Puesto que usted también puede experimentar algo de dolor o molestias en la zona después de la cirugía, se le recetará medicamentos para el dolor. La mayoría de las fístulas responden bien al tratamiento quirúrgico.